viernes, 4 de julio de 2014

Un amor al estilo ESTOCOLMO



Pertenezco a esta banda desde que apenas tenía once años, la banda ha sido mi familia desde entonces, junto a ella he participado en varios atracos por ejemplo mi primer trabajo fue a los 12 años el que consistió en asaltar una botillería, recuerdo que estaba tan nervioso que apenas podía sostener la escopeta, pero lo puede hacer, lo que me permitió entrar a la banda. A los 18 años debute con una  puta, después de eso las mujeres, las droga y el dinero fácil era mi estilo de vida, no le encontraba lo malo, era solo lo que me toco. Pero desde sus inicios hasta ahora nuestra banda había cambiado de rumbo, ya no solo cometíamos crímenes o asaltos, ahora traficábamos mujeres.
Las “victimas” eran reclutadas en la calle o en fiestas, era un trabajo fácil de gran ganancia, una hembra fácilmente era vendida entre 200 a 6.000 dólares, de esta ganancia el jefe se quedaba con el 30% y 15% para quien entregaba la mercancía y el resto para el grupo. Mientras más hembras conseguías más dinero entraba a la banda. Cada vez que cazabas una mujer debías someterla con violencia, hacerla sentir que no saldría bien de esta, que nosotros éramos lo mejor que le había pasado, antes de venderla, por lo cual la víctima era abusaba por todos o casi todos los miembros de la banda, por todos sus orificios, azotada y si el cliente lo exigía anillada y marcada, aunque habían casos que se pedía una mercancía especial, “Vírgenes”, en esos casos se capturaba y se entregaba de inmediato , este tipo de entrega podría llevar hasta el millón de dólares, era lo que más codiciaba la banda, pero lo más difícil de conseguir.
A pesar que se ganaba bien con este negocio, casi nunca participaba de él, prefería encargarme de los otros negocios (droga y asaltos), pues a pesar de ser un miembro de esta banda, abusar de  las mujeres no era lo mío, un día llego una mercancía diferente, su mirada me cautivo desde el principio, Marcela era su nombre, ella recibió el mismo trato que las otras, era un espectáculo dantesco que no podía soportar, ella se rehusaba a ser considerada un objeto por lo cual su enseñanza fue cruel.
En muchas ocasiones la dejaban tan adolorida que quedaba inconsciente, eran esos momentos en donde me acercaba a verla, para brindarle “ayuda”, que tan solo se basaba en dar un poco de comida y agua, siempre que me acercaba a ella iba encapuchado, no quería que viera mi rostro,  para resguardar mi identidad, ella siempre me daba las gracias, en algunas ocasiones la consolaba haciéndola dormir en mis brazos, me molestaba ver como los demás se turnaban para abusar de ella, y se reían a mis espaldas por mis “acciones humanitarias” por alguien que al final sería solo una puta más, pesar de todo y sabiendo que la banda no estaría de acuerdo con lo que iba hacer, fui donde “Coyote”, el jefe y la compre, El Coyote como para provocar un desinterés en la compra de Marcela puso un alto precio, por lo cual debí realizar trabajos extras para obtener el dinero pedido, mientras esto ocurría debía ver como cada día la sometían a crueles castigos.
Cuando por fin pude reunir el dinero se lo entregue al Jefe, quien dio la orden de que ella fuese llevada  a mis aposentos, atada y vendada. Ella no podría ver mi rostro, fue la norma de Coyote, así que o ella permanecía vendada o yo usaba mascara. Una vez en mi poder, me acerque suavemente, la desate.
-Por favor, no me hagan más daño- suplicaba.
Le acaricié el rostro y quite su venda, quería mirarla a los ojos, esos ojos que me cautivaron, ella temerosa, se deja tocar, me reconoce y sonríe- ha llegado mi salvador –dijo.
-Marcela, acá estarás un poco más segura, por esta noche dormirás en mi cama…, con tan solo dormir en cama su rostro cambio, luego de pasar casi seis meses durmiendo en el suelo esto era un regalo.
Luego de pasar la primera noche, aunque no lo crean no hubo sexo ni tocaciones, solo ella durmió a mi lado, luego de ello, en la mañana le pase ropas para que se cubriera, y prepare el desayuno mientras ella se duchaba y vestía. La llame varias veces, pero como se demoraba en venir fui en su búsqueda, ella estaba con la toalla envuelta, desnuda olía exquisita, al notar mi presencia se estremeció, se suelta la toalla y me muestra su cuerpo lleno de cicatrices, se gira hacia el espejo, llora. Me acerco a ella y la acurruco a mi cuerpo, para consolar su llanto, no puedo negarlo, mi polla se endureció tan solo al verla desnuda, pero no era el momento, luego de un rato le susurró al oído vístete para que tomes desayuno
Me levanto para salir de ahí y esperarla en  la cocina, luego llega se sienta y se sirve su primer desayuno, lo hace con ganas no desperdicia nada, la miro y desde debajo de mi mascara sonrío, cuando he terminado me levanto y acomodo en un sillón que esta frente a la chimenea, mientras espero que ella termine y ordene la cocina (si voy a tener una mujer en casa que la mantenga como debe), cuando termina estas labores se queda de pie al lado de la cocina, no sabe qué hacer.
-Acércate., ven a sentarte a mi lado.
Ella se acerca con sigilo y temor, sentándose a mi lado pero en el otro extremo del sillón. Le tomo la mano y le pido que se acerque más, que se recueste en mi regazo, en esa posición le acaricio su hermoso rostro, separando su pelo de su cara.
-Marcela, me temes?
-No sé, has sido bueno conmigo, pero me has comprado.
-Tienes razón, te he comprado y pretendo hacer de ti una buena amante, sumisa o esclava como quieras llamar a esta relación, no puedo prometer que no te castigare, pues eso depende de tu comportamiento.
-Pero me venderás?
-Por ahora eso no está en mis pensamientos,
-Entonces es lo mismo estar a su lado que con la banda.
-Quizás, ponte de pie.



Me paro al lado de ella le tomo el rostro y beso en la boca, apasionadamente, ella quizás por miedo o por deseo se deja ser, le acaricio la cara con dulzura sigo besando, mis caricias pasan a su cuerpo, ese cuerpo castigado, magullado, con paciencia la voy excitando quiero que ella se entregue a mí, que pida … que me necesite…, me cuesta pero luego de un rato de caricias y manoseo…ella lo pide, …y accedo a sus requerimientos, …la penetro, ella se queja al principio mi polla la lastima, quizás por su tamaño o por las lesiones en su vagina, (si mal no recuerdan ella era usada casi todo el día), al terminar ella gentilmente me hace una mamada de los Dioses, estaba tanto tiempo esperando esto, que explote en el acto.
Después de esto, le di sus funciones en la casa. Y salí a trabajar.
Mi rutina de vida cambio, en vez de llegar a una casa vacía y helada, llegaba a un hogar, donde me esperaba una mujer, mi mujer, mi sumisa…
Pero ella, aun no aceptaba 100% su sumisión, eso lo descubrí cuando me pregunto, si algún día volvería a su hogar, a su vida...
-¿Quieres volver a la banda? Le pregunto.
-No, ¡Jamás quiero volver a ese lugar!
-Entonces-
-Quiero volver a mi hogar, a mi vida.
-Marcela, este es tu hogar…y si no te gusta, te vendo a la banda y listo…
-Amo, tú me dijiste que no me venderías!!
-Sí, pero si no estás contenta conmigo, te devuelvo.
Ella se acerca y me abraza, NUNCA AMO, NUNCA PERMITAS QUE ME VAYA DE CASA…
Después de ese incidente, cambie la seguridad de la casa, no permitiría que ella saliera de casa, aunque en si esta seguridad no era necesaria, pues mi hogar estaba ubicado en el sector de la ciudad donde la Banda marcaba el territorio.

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Un  día llegue tarde, al entrar a casa, esta estaba vacía, la busque por toda la casa, pero no estaba, en eso recibo la llamada de Coyote.
-Se te perdió alguien?, ven a buscarla.
Luego de esa llamada, tome precauciones y fui donde Coyote. Al llegar la vi de inmediato, estaba atada a la cruz de San Andrés, se notaba que la habían golpeado, me acercaba con cautela, Coyote y Guzmán estaban a su lado, El jefe, le acariciaba la cara, quitándole las lágrimas de su rostro, en tanto Guzmán, castigaba sus senos, ella apenas se quejaba, cuando por fin me diviso, su rostro describía que sentía miedo, yo en tanto solo esperaba.
-Prietto, te duro poco tu juguete, eso pasa cuando lo dejas botado en la calle, pasa cualquiera y se lo lleva…me contaba con sarcasmo-dijo Guzmán.
Tenía que mantener la calma, averiguar qué había pasado, porque Marcela estaba allí, por lo cual solo callaba, mientras escuchaba a Coyote.
-Tu Puta, salió a la calle esta mañana, y se perdió entre las calles, por suerte Guzmán la encontró, bueno como tú sabes lo que se encuentra en la calle no tiene dueño…jajajajajajjaja..
Ya entendía hacia donde iban estos dos, querían a Marcela, por lo que creía conocerla, dudaba que ella saliera de la casa, y eso comente frente a ellos.
-Quizás tienes razón, preguntémosle a la Perra- Coyote, le pregunta a Mi Niña, como llego a este lugar, ella con valentía relato lo sucedido.
-Mi Amo, salió a trabajar como todos los días, mientras hacia el aseo, sentí que tocaban la puerta, como mi Amo me tenía prohibido abrirla, no hice caso, y seguí en mis quehaceres, pero los golpes eran cada vez más fuertes, hasta que Guzmán junto a otros dos, entraron a la casa y me capturaron…
Marcela, iba seguir contando, pero Guzmán, la golpeo para hacerla callar, e increparla que estaba mintiendo.
-Coyote, reclamo mi propiedad, reclamo por la versión de Marcela, dame la oportunidad de rescatarla.
El jefe luego de analizar la situación, decide que para rescatarla debía luchar con Guzmán, quien ganara se llevaría a Marcela.
A pesar que Guzmán era un tipo más alto y corpulento que yo, acepte el reto, me atreví a pedir que soltaran a Marcela, se me concedió esa oportunidad, fui donde estaba, la saque de la cruz y deje sobre una silla.
-Amo, no lo haga, no se exponga por mí, -dice entre sollozos, le callo con un beso, y le digo- Tranquila niña, saldremos de esta.
Ya en el centro de la pieza, el grupo hacia hecho un circulo donde se armaría la pelea, Coyote solo nos permitió usar nuestros puños, el primer golpe lo recibí de pleno en la cara, mi labio sangro y escucha la risa del grupo, me toco atacar, lo abrace y tire al suelo, ese era el lugar más cómodo para mí, lo golpeé en la cara, muchas veces, pero él era ágil luego se zafó de mí y se paró, al estar de pie lanza patadas, las cuales me pega en las costillas, me tumba al suelo, allí sigue pateando, a lo lejos escucho risas del grupo y el llanto de Marcela, ese llanto me dio fuerza, y me pare tambaleando, ya no me quedaban muchas fuerzas, pero ataque igual, fue mi mejor golpe lo deje en el suelo, ahora me tocaba a mi patear, lo hice con rabia, con fuerza, lo deje un momento inconsciente, en ese momento alguien del grupo le lanza un cuchillo, con el me ataca, no recuerdo mucho, pero logre quitarle el cuchillo y lo derrumbe al suelo, estaba con el cuchillo al borde de su cuello, vi sus ojos de odio, pero no pude matarlo, solo deje el cuchillo en el suelo y voy en busca de Marcela, cuando detrás de mí viene Guzmán con el arma hacia mí, en eso escucho un disparo, y me desmayo…
… abro los ojos, veo a Marcela a mi lado…cierro
… Marcela…Marcela…llamo a lo lejos…
…Escucho… -Prietto está muy mal herido, debemos llevarlo al Hospital, jefe…aquí no va a durar mucho….
…Ella está a mi lado….
…Amo, aguante… luche…no me deje…
… Prietto….vamos hombre…tú puedes salir de esta…

Estuve 3 días inconsciente, me dijo Marcela, también dijo que el Jefe venía a verme seguido, el Matasano (el doctor de la banda) me encontró, 4 costillas rotas y dos cortes en el cuerpo.
Luego de un tiempo me recupere, debido a los cuidados que debía acceder, ya no usaba mascara por lo cual, Marcela ya podía reconocerme, me gustaba estar sin mascara.

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Una tarde llega Coyote con las mujeres de Guzmán, eran 4, el jefe me explico que por la traición en la pelea, él lo mato, y como la apuesta era una mujer, al perder Guzmán yo tenía derecho a sus mujeres, podía hacer con ellas lo que quisiera…esto me tomo de sorpresa-
-Jefe, gracias por defenderme, pero no puedo aceptar a estas mujeres.
-Entonces véndelas, son tuyas…,
El jefe se va dejando estas mujeres en mi casa.
Allí estaban todas calladas y con la cabeza gacha.
-¿Díganme sus nombres?
-Perra
-Puta
-Conchuda
-Pezón
No pude aguantar la risa, no podía creer que se llamaran así, entre risas les pregunte quien les puso esos ridículos nombres.
-El Amo… pero usted nos puede nombrar como quiera.
-Señoritas, me gustaría saber si recuerdan sus verdaderos nombres. Perra, fue quien hablo, -Señor, nuestro Amo nos castigaba cada vez que recordábamos nuestros nombres, creo que el Mío era Roxana, el de Puta Patricia, el de Conchuda, Lola y el de Pezón Johana.
-No tengo muchas comodidades, pero atrás hay una pieza que acomodare para ustedes por ahora. No esperaba visitas tan temprano, pero algo se puede hacer para que coman, ayuden a Marcela a preparar comida.
Las dejo en la cocina, mientras salgo al patio a reflexionar sobre lo ocurrido, esto sería estupendo para cualquier hombre, 4 mujeres a tu disposición, y más encima sumisas, pero para mí era solo un problema, surgían varias preguntas, como las mantendría, si bien ganaba buen porcentaje en el negocio de drogas, no era el jefe de la banda, quizás si las prostituía podría conseguir más dinero, o si las vendía, eran muchas cosas en que pensar,…un ruido me saco de mis pensamientos, apague el cigarro y me dirijo a la cocina.
A Roxana, se le había caído una bandeja con vasos, al verme llegar se sobresaltó tanto, que se cortó la mano mientras  levantaba los trozos rotos, las otras 3 se alejaron de ella, dejándola sola, solo Marcela se mantenía a su lado.
Aunque sabía lo que pasaba, pregunte.
-¿Qué sucedió?
-Amo, perdón no quise romper sus vasos… se excusaba Roxana.-merezco un castigo por ello.
Con esa simple acción me di cuenta que Guzmán, las castigaba siempre y por todo, esto era otro problema, yo no era así… recuerdo haber castigado solo una vez a Marcela, del casi año y medio que está en mi poder, pero estas mujeres están acostumbradas al castigo, tendré que ver si se acostumbran a mi forma de ser.
-Ven Roxy, te has cortado.-Marcela trae algo para curarla.
Ella se acerca temerosa, no confía en mí, ya a mi lado le tomo la cara, ella espera la bofeteada, pero no se la doy.
-Tranquila, no te lastimare, le acaricio su rostro, -¿Lo has roto a propósito?
-No, Amo
-Está bien, solo fue un descuido, que NO se repetirá, ¿Cierto?
-Si Amo.
Llega Marcela con vendaje y agua oxigenada, le curo la mano y vendo.
-Ya está, ahora a comer.
Marcela y yo nos dirigimos a la mesa, pero ellas no nos siguen.
-Chicas-Dice Marcela -vengan.
Ninguna se mueve de su sitio.
-¡!Último aviso, vengan a sentarse o hoy no comerán¡ digo con dureza.
Ellas se acercan con cuidado, se sientan y empiezan a comer.
-Lola, cuénteme sobre Guzmán, como las trataba.
-El Amo, era duro nos castigaba en la mañana, dándonos 15 azotes a cada una, si no gritábamos nos alimentaba, luego nos daba los quehaceres de la casa, si lo hacíamos bien no nos castigaba, en la noche elegía a dos de nosotras para follar y las otras dos eran encerradas en las jaulas donde dormíamos, cuando habían fiestas debíamos atender a los invitados en todo lo que pedían, una vez la semana nos llevaba al sótano donde éramos castigadas y folladas hasta desvanecernos.
-Guau… -solo pude decir.
-Aún no sé qué hacer con ustedes, pero si no me dan problemas no las castigaré, hoy Marcela les dará sus quehaceres, veremos el día a día, si funciona se quedan sino…., bueno eso se verá en el momento. Me levanto de la mesa y me dirijo a la habitación, al salir le indico a Marcela que una vez terminada las instrucciones a las chicas vaya a la pieza.
Estaba recostado en la cama, cuando llega Marcela.
-Ven preciosa, hace tiempo que no te poseo- me siento en la cama y la espero, la empiezo a desvestir despacio, con caricias, con cariño, le suelto su sujetador y sobo sus senos, me encantan pues caen perfectamente en mi mano. La tengo con el dorso desnudo y la tumbo sobre la cama, le acaricio su rostro y beso apasionadamente, beso su cuello, mientras una de mis manos baja por su cintura en busca de su coño, lo encuentro palpitando, deseando el roce de mi mano, escucho su primer quejido,-Eso preciosa libérate, le insto. Sigo masajeando su clítoris, mientras ella me besa, cuando siento su humedad, saco mi polla y busco la entrada a ese esplendido lugar, entro con cuidado, pero ella me pide más, así que se lo doy y penetro con fuerza, luego empiezo a menear dentro fuera, encontramos nuestro ritmo, luego de un pequeño baile ella estalla en un gran orgasmo, me quedo dentro de ella un rato, hasta que renace, y vuelvo a atacar, ahora yo llego al orgasmo, terminamos nuestra fusión, y descansamos un momento, pero ella sabe lo que viene, se levanta de la cama y hace una mamada que provoca un nuevo placer en mí.
-Amo, ¿a ellas la va a someter?
-No sé,
Realmente no sabía, no es que no me encontrara capaz de tener 5 mujeres para mí, pero ellas están acostumbradas a otro ritmo de vida, ese ritmo del cual saque a Marcela, no soy una santa paloma, pero ser cruel con las mujeres no es mi estilo.
Después de tener relaciones con mi amada, fui a bañarme y vestirme para salir, debía juntarme con el Jefe, para recibir sus órdenes. Antes de salir me despido de mis huéspedes, Patricia se acerca.
-Amo, sabemos que para usted es incómodo que estemos en su casa, no sabe qué hacer con nosotras, por eso le sugerimos que nos deje encerrada en la pieza, hasta que sepa qué hacer con nosotras, pero por favor no nos abandone ni nos venda…- termina en sollozos.
Aunque estaba atrasado para la reunión debía tomar en cuenta, este reclamo.
-Señoritas, es cierto que no sé qué hacer con ustedes, pero eso no indica que las abandonare, por hoy sean mis huéspedes, si quieren estar solas en la pieza , bien ; si quieren ayudar a Marcela, mejor, pero lo que no soportare es alguna disputa o mal entendido, ahora saldré cuando llegue hablaremos.

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Coyote, se molestó por mi tardanza, pero cuando escucho mis escusas, rio como niño.
-Cabron como no vas a saber qué hacer con tus 5 hembras…follarlas, por supuesto, cualquiera en tu lugar ya lo habría hecho, pero tu ….jajajajajja.
-Jefe, no entiende, como puedo ser Cruel y déspota con esas mujeres, si de ese mundo saque a Marcela.
-Ya, el “una santa paloma”…y cuando asaltas y cometes esos crímenes, por lo cual tu ficha delictual es tan larga, ¿Acaso ahí no eres Cruel?
-Eso es distinto, eso es pega es supervivencia, además recuerda que no fui capaz de matar a Guzmán.
-Tienes razón, pero si no sabes qué hacer con las mujeres véndelas. Ahora a lo que te cite.
-Soy todo oído.
-La Banda de los “Kuicos”, se está acercando a nuestro territorio, están vendiendo en nuestras esquinas, eso no lo puedo permitir, junta a un buen grupo de hombres y dales una lección de “Geografía”.
Así, como el jefe lo pidió, esa noche entramos al barrio de los “Kuicos”, y destruimos su sede, fue una lucha enorme, disparos, puñetes, bombas, destrucción total, capturamos a 3 de la banda, a los jefes y se lo llevamos a Coyote, por mi parte recibí uno que otro golpe, pero nada de cuidado. Estos tres tipos quedaron a la merced de la furia de Coyote, quien a la usanza de los Gánster de los años 60,  arrojo al mar  a 2 de ellos amarrados con piedras de gran tamaño, quería dejar en claro a esta banda y a quien se atreviera a pasar nuestras fronteras que la Banda del Coyote, era de temer. Al último de los jefes le disparo en sus testículos y sangrando lo envió a su territorio, la Guerra se había declarado.
Después de este hecho, la vida de la banda se puso más peligrosa, en varias oportunidades nos cambiamos de casa, pero siempre dentro de nuestro territorio, ya que después del Jefe, yo era el más buscado por las bandas rivales y por supuesto la Policía. Como siempre pasa hasta en la mejores familia, un soplón les dio a la policía nuestra ubicación, fue así como una de las tardes en que andaba, “trabajando”, varios grupos de las “Fuerzas Especiales de la Policía”, entraron a la población, y a mi casa…yo estaba a punto de entrar cuando se me alerto de lo que pasaba, temí por las chicas, pero también sabía que era lo mejor para ellas, pues volverían a sus hogares, después de 2 años de estar secuestrada, Marcela volvería a su hogar.
A una distancia prudente, vi como la policía llevaba esposada a mis Mujeres, seguí el vehículo policial hasta el cuartel, allí descendieron y fueron llevadas adentro, supongo que pasaron por una arduo interrogatorio, era normal en estos casos, aunque mi sentido de supervivencia era huir de ahí, pues estaba claro que ellas darían a conocer mi rostro, y mi captura sería inminente, pero no, me quede hasta que vi llegar a los familiares de las mujeres, después de esto cada una se fue a su hogar, y yo hui, desaparecí por casi 3 meses, pero el amor a Marcela me hizo volver.
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Una noche, después de sopesar todo mi actuar fui a la Casa de Marcela, quería verla, tan solo verla, por mis amigos a quienes les había pedido que vigilaran la casa, supe cuál era la habitación de mi amada, entre con sigilo quedándome escondido en el closet, allí puede ver y escuchar una conversación clave.
_Hija, entiende debes olvidar a ese maldito, y dar a conocer su rostro a la policía, ese hombre te mantuvo secuestrada, te violo y castigo…como lo puedes defender tanto.
-Madre, tu eres la que no entiendes, antes de que ese “maldito” como tú dices me “rescatara”, estuve siendo la puta de todos los de la Banda, ellos eran los que abusaban de mí, el solo me cuidaba.
-Pero, hija…¡¡ese hombre te compro!! ¡¡Como quien compra un objeto!!
-Padre, era lo que él tenía que hacer, el me defendió en muchas oportunidades, el me respetaba.
-Hija, por favor saca esa venda de tus ojos, si él te amaba, como tú dices, porque nos cuentas que una vez te castigo por no lavar la loza.
-Ustedes no entienden nada…
Escucho que sube las escaleras, llega a la pieza, se lanza sobre la cama y llora, llora desconsolada…
_Porque? No me entienden, que tú me salvaste, que tú me cuidabas… lloraba…
Esa frase la dirigía a mí, pero a la distancia. Estaba a punto de salir a consolarla, cuando su Madre entra.
-Marcela, entiende a tu padre y a mí, nosotros te perdimos, te dimos por muerta, al saber que estabas viva, nos dio una alegría tremenda, pero saber lo que has sufrido, el dolor ha vuelto, solo queremos que ese maldito pague por el daño que te hizo, que pague por el daño que ha hecho, ¿acaso no sabes su prontuario?, ¡¡es un criminal!!.
Ella se sienta en la cama, abraza a su madre.-Madre se lo que has sufrido por mi ausencia, pero entiéndeme tu a mí, dentro de ese infierno que viví, Mi Amo, era un Ángel, era un hombre bueno, se su prontuario y si no lo conociera, también me asustaría pero conmigo nunca fue cruel, y si esa vez me castigo me lo merecía, y fue solo una vez. Ahora déjame sola que quiero descansar.
Su madre cierra la puerta, Marcela le pone llave, vuelve a su cama a llorar.
Quiero salir de mi escondite y consolarla, pero algo en mí no me deja, quizás su madre tenía razón, soy un criminal, y ella nunca sería feliz o estaría segura en mi mundo, espero que se duerma para salir de ahí, cuando creo que ya sueña profundamente, me acerco a ella y le susurro que la amo y la dejo libre, ella entre sueños dice:- Amo no me abandone…. Salgo de la pieza, esperando no volver a verla.

Seis meses fuera del país, y no podía olvidarla, seis meses escondido si tener vida, solo pensando en ella, decidí volver al país, pasaba tardes enteras frente su casa, solo para verla un momento, una tarde nuestras miradas se cruzaron, y creo que ella me reconoció, después de eso preferí salir de ese lugar, una tarde ella se contactó conmigo, por medio de Roxana, ella no pudo acostumbrarse a su vida empezó a prostituirse, una noche mientras buscaba desahogarme, di con ella, quien apenas subió al auto me reconoció.
-Amo¡¡
-Roxana, que haces acá...
-No pude acostumbrarme a la vida “normal”, necesitaba ser usada, lastimada. Como la banda se dispersó, llegue a la calle, acá me siento plena, la paga es buena, pero a usted no le cobro, sonríe.
-No, no quiero tenerte esta noche.
-Aun piensa en Marcela, ella también lo hace, hace un par de semanas me dejo esta carta por si algún día lo encontrara.
Abro el sobre con premura.

Querido Amo.

Ya llevo nueve meses lejos de usted, y aunque mis cercanos tratan de convencerme que usted es un ser malvado, y yo su víctima, no puedo dejar de pensar en usted, en sus caricias y en sus buenos tratos. Deseo verlo una vez más, pero sé que eso es imposible e inseguro, prefiero sentirlo lejos que verlo encarcelado.
 Lo amo.

Después de leerla el corazón se rompió, una parte de mi quería mandar todo a la cresta he  ir en su búsqueda , para tenerla solo para mí, otra parte me trataba de convencer que dejara todo tal como estaba, y que el tiempo curara todo, ella fuera feliz sin mí. Pero adivinen que parte de mi gano...

Analice la carta mil veces, estaba seguro de su contenido, ella me AMABA, le ofrecí a Roxana que me ayudara a cambio de protección y una buena paga, ella como pensé no lo dudó ni un segundo, y acepto ser un puente entre ella y yo.
Espere 3 meses hasta que por fin se dio la oportunidad, nuestro encuentro seria en el baño de mujeres del Mall ubicado a dos cuadras de su casa, (a ella no la dejaban salir más lejos), era peligroso para mí, pero valía el riesgo, de esta cita dependía nuestro futuro. Para concertar la cita esta seria así, “Roxana junto a las chicas y a Marcela irían a la heladería del mall, si en la conversación entablada con Marcela aun pensaba en volver a mi lado, ella enviaría un Whatsapp, para que nos juntáramos en el baño de mujeres más próximo al piso donde estaban, de lo contrario no habría comunicación y esto se terminaba”. Por suerte ella aun no me había olvidado, así que la espere en el baño, este estaba vacío, ella entro junto a Roxana luego de entrar ambas salgo de mi escondite y coloco un cartel fuera del baño indicando su aseo, eso daba un margen de 20 minutos. Al verme se lanza a mis brazos.
-Amo, has vuelto…
Me abrazaba y lloraba, luego de unos minutos de caricias y besos llenos de ternura y amor, ella se aleja de pronto de mí, eso me inquieta.
-Amo, no puedes estar acá, te pueden detener.
Ese pensamiento de protección más me hizo amarla.
-No importa, si estoy a tu lado. Le beso en la frente.
-A mí me importa, si no puedo estar a su lado, prefiero no verle más, que verlo preso…o lo que sería peor…. Muerto…solloza.
En eso se aparta de mí, para quedar frente al espejo del lavamanos, allí solloza en silencio, y sin mirar me relata un poco de lo que ha vivido hasta hoy.
-Amo, desde que lo deje no puedo dejar de pensar en usted, en sus gestos caricias,… solloza, mis padres en su intento de recuperar el tiempo perdido han tratado de convencerme de lo malvado que es quien me secuestro, de quien me tenía cautiva, la policía me mostro su prontuario varias veces: Asesino, violador, secuestrador y otros crímenes menores, Pero yo insistía en que usted era bueno, que dentro de todo lo malo que había vivido en ese infierno, usted era mi Ángel…cada vez que hablaban mal de usted yo defendía como animal salvaje, eso provocaba la pena de mi madre y la rabia de mi Padre… (Se da vuelta hacia mí me abraza)  Amo, ahora mi casa es un infierno…rescáteme por favor…
-Marcela, siento mucho tu dolor, espera un poco más… un par de semanas, cuando tenga todo listo te aviso y nos vamos, nos vamos lejos…pero eso significaría vivir siempre escondidos y huyendo… ¿lo aceptas?
-Amo, si estoy a tu lado, lo puedo soportar todo.
-Marcela, ahora lávate la cara y sal de aquí trata de pasar inadvertida, estaremos en contacto.
-¿Por medio de Roxana?-pregunta.
-No, ella se arriesga mucho, ahora vete.
Mientras se aleja, yo salgo del edificio, evitando las cámaras

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Cuando Marcela, llego a su casa, fue directo a su habitación el encuentro con su amo, le dio esperanza estaba contenta, podría volver a su lado, estar con él, sus padres notaron este cambio tan repentino por un momento creyeron que por fin su hija se había sanado, pero un informe de la policía les hizo entender lo equivocado que estaban, la policía había seguido a todos los contactos de Marcela desde que volvió a casa, por esa investigación descubrieron que Roxana era el nexo entre Prietto y Marcela, que la visita al Mall, era en si una cita con el Criminal más buscado, del país, lamentablemente esta investigación salió a la luz my tarde y ese delincuente ya había escapado de nuevo. Por eso necesitaban que Marcela cooperara para la captura de este delincuente, pero si ella se negaba, seria acusada como miembro de la banda, sentenciada a prisión, su padre al escuchar esto, manda a buscar a su hija.
Marcela baja sin siquiera imaginar lo que la esperaba, al llegar al despacho de su Padre, se encuentra con la policía, escucha la información que tiene sobre ella, esta le informa sobre las consecuencias de mantener relaciones con Prietto, la policía la orienta a entregar a este delincuente, por el bien de ella y de su familia. Para Marcela esto es un balde de agua fría, solo pensaba en como avisarle a su Amo que estaba en peligro.
La seguridad de la casa de redoblo, pero para Prietto, eso no era problema conocía la casa a  la perfección, la había vigilado por casi un año, sabia en que momentos eran los cambios de turnos y cuánto tiempo se demoraban en dar el informe diario, eso le daba un margen de 10 minutos, sabia además cuántos grados giraban las cámaras de seguridad por lo cual conocía cuales eran los puntos muertos, con esta información más otros datos, se aventuró esa noche para ver a Marcela y ultimar los detalles de su fuga. El plan se basaba en juntarse en el muelle mezclarse entre el público y desaparecer. La cita seria el día siguiente,

Epilogo.

Marcela, sentenciada por su padre y la policía, debió dar la información de donde se juntarían, la policía puso a su personal en el muelle para capturar por fin a Prietto, cuando Marcela se acerca al muelle iba muy nerviosa pues iba ser como Judas por un beso delataría a su amado, de pronto el muelle se llenó de público, Marcela se perdió entre la multitud ni la policía ni su padre estaban seguros donde estaba, ella seguía caminando el grupo de gente la hacía avanzar a un lugar desconocido, de pronto siente que alguien la toma del brazo y la saca del lugar….

La policía rastrea el muelle y los sectores aledaños sin dar con el paradero de Marcela, solo se dio con la ropa que llevaba ella y los micrófonos que la policía le había puesto para escuchar la conversación cuando esta estuviera con Prietto, en ese momento se dio la orden de cerrar todos los puertos fronterizos del país, cercar los aeropuertos para evitar la salida del país de Marcela y Prietto….

Pero todo fue en vano, ellos ya estaban lejos en alguna isla solitaria o en algún país sin extradición, viviendo su amor, un amor entre El Secuestrador y su víctima….Un amor al estilo ESTOCOLMO




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